He quedado con Alex en el pub El Infierno. Son las cuatro de la tarde y el local está cerrado al público. Cuando llego, encuentro que la puerta está entreabierta y solo están encendidas las luces que iluminan la catarata del fondo. Alex está sentado en un taburete al otro lado de la barra.
Por los altavoces suena Steven de Alice Cooper. Algo en esa melodía hace que me estremezca. El pub vacío no es precisamente un lugar muy acogedor.
El dueño me sonríe amablemente y me invita a sentarme. A pesar del aspecto, los taburetes son cómodos. Eso es algo que agradezco, pues la entrevista se alargará varias horas.
Saco la libreta de anotaciones, el móvil para grabar la conversación y tomo aire
Comencemos:
E- Antes de nada, me gustaría darte las gracias por aceptar esta entrevista. Sé que sueles estar bastante ocupado y no es que te guste mucho hablar de tu vida privada, así que sé el esfuerzo que estás haciendo al quedar conmigo y ser interrogado.
A- ¡Según con quien! —sonríe y guiña un ojo—, digamos que siempre tengo tiempo para lo que me interesa. Y si no lo tengo, me lo invento.
E- ¿Por qué no empiezas hablándonos un poco sobre ti? Sabemos que tienes dos pubs y eres íntimo de la familia Salvattore. ¿Qué tipo de trabajo realizas para ellos?
A- Intérprete. Ya sabes, los hombres de negocios como Johnny están en contacto con gente de muchos puntos del planeta. Hablar inglés no siempre te salva el culo, y yo sé varios idiomas.
E- Seamos claros, ¿traficas con armas o drogas? Lo cierto es que nunca dejas claro si estás metido en el negocio “familiar” o solo estás ahí como comprador.
A- Vas al grano ¡eh! —ríe—, ¿no serás de la DEA o del FBI? Más que entrevista, empieza a sonar a interrogatorio. —mete la mano debajo de la barra, coge una bolsa con marihuana y se lía un porro―. Todo depende. Si el negocio me conviene y es rentable, a veces invierto una pequeña cantidad, pero nunca a gran escala. No me gusta atarme a ese tipo de trabajos, son demasiado engorrosos y te obligan a mantener una rutina que yo soy incapaz de seguir. ¡Soy inconstante por naturaleza, cariño!
E- ¿Mujeres, rock o dinero? ¿Cuál es tu orden de prioridades?
A- Con el dinero se compran mujeres, las mujeres traen o se llevan el dinero. El rock es lo único que te ofrece esta mierda de vida sin pedir algo a cambio. Puedes estar solo como un perro o ser un puto vagabundo, pero el rock siempre estará ahí.
E- ¿Qué llevó a un sueco como tú a montar un negocio en New York?
A- Johnny, por supuesto. A ver, lo conocí siendo un mocoso en un mercado de Londres, es un buen tipo. Yo era un ladronzuelo de mala muerte que iba robando carteras a los turistas, nos conocimos y me apadrinó. Él ya vivía en los USA, así que me llevó con él, así de simple. Supongo que más vale caer en gracia que ser gracioso.
E- Por tu forma de ser y hablar, se hace extraño que seas un gran amante de la literatura clásica. ¿Cómo se te dio por eso?
A- ¡Que pasa! ¿Tienes que tener la pinta de una jodida rata de biblioteca para ser inteligente? Me gusta estudiar a los autores clásicos, me gusta la historia europea y adoro los debates teológicos. Puedo sonar como un puto friki, pero me hago pajas con Seneca, me parto el culo con Jordanes y me entretengo con Arthur Schopenhauer. Deberías probar a leerlos con cinco porros y cuatro cubatas, te digo que los verías de diferente manera.
E- Veo que eres amigo de la marihuana, ¿has probado sustancias más fuertes? ¿O eres de los que prefiere ir sobre seguro?
A- Cariño, no hay nada en este mundo que yo no haya probado. Y hablo en todos los sentidos… ―sonríe pícaramente―. ¡Nah! En serio, he probado todo tipo de drogas, me gusta experimentar con todo lo que cae en mis manos. Pero esta mierda es la que más disfruto, ayuda a relajarme y ver las cosas desde otra perspectiva, digamos que me tomo los rollos con más calma, y me ayuda también a soportar a los gilipollas. Si no llega a ser por esto, en más de una ocasión hubiese abierto a alguien en canal, ya sabes, como a un puto cerdo. La marihuana actúa como una vocecilla que me dice: hey tío… take it easy…
E- ¿Marihuana siempre, o también consumes hachís? ¿Nos recomiendas alguna variedad?
A- Depende del momento y lo que tenga a mano. Ahora mismo ando pillado con una planta que me regalaron, es la variedad LSD. Muy buena, ¿quieres probar? ―deja la bolsa sobre la barra y un librillo de papel de arroz extra largo―. Aunque no te la aconsejo si no tienes un nivel de tolerancia alto, te puedes caer de espaldas o ver elefantes rosas volando por el club. Yo no me hago responsable…
E- Has dejado entrever en alguna ocasión que tienes problemas para socializar, es más, pareces esquivar bastante el contacto humano. Pero a la vez te dedicas a la hostelería y… no sé si es una afirmación un tanto pretenciosa, pero también a la prostitución. Corrígeme si me equivoco. Por lo tanto, no acabamos de entender que te lleva a buscar esa incomodidad constante. ¿Lo usas como tratamiento de shock?
A- Creo que hay una imagen de mí un tanto distorsionada. Yo no me dedico a la prostitución, ni la practico ni mando que lo hagan. Vamos, no soy un chulo de putas. Que en mis locales haya chicas y chicos que cobren por follar; es una cosa. Pero yo no los escojo por eso. Todos, hombres incluidos, son camareros o bailarines. Por mi parte… ―inclina la cabeza y lanza una mirada juguetona―, no lo hago habitualmente, pero si me ofrecen algo bueno a cambio… ¿por qué desaprovechar?
E- Te plantearé la pregunta de otra manera. Por un lado te ves extrovertido y por otro completamente antisocial, ¿realmente te sientes cómodo cuando estás con la gente, o estás deseando acabar esta entrevista y encerrarte en tu despacho a solas?
Guarda silencio unos instantes, mira la llama de su porro y luego suelta una carcajada.
A- Si apagas ese chisme y vamos a uno de los cuartos, quizá despejes tus dudas… ―ríe de nuevo―. Soy antisocial, no lo niego. Pero tengo mis motivos, la gente no me gusta, así de simple. Pero tampoco pienso aislarme del mundo, para eso estoy aquí. Si quisiese estar solo me iría a vivir a la selva amazónica o al polo sur.
E- Cuéntanos algo más sobre ti. ¿Qué hay de tu infancia?
A- ¿Infancia? ―suelta una carcajada y tras unos segundos se queda completamente serio―. Tuve una buena infancia, muchos amigos y no era malo en la escuela. Me gustaba el football y el baseball. Mis padres fueron algo estrictos, pero cariñosos. Siempre tenían un regalo en Jul o en mi cumpleaños. Recuerdo un día que fuimos todos justos al campo… ¿en serio? ¡Siguiente pregunta!
E- ¿Tienes alguna filosofía de vida? ¿Que opinión tienes de la sociedad de hoy en día?
A- Mi filosofía es: vive a tope, disfruta cada segundo y aprende algo nuevo cada día. Lo que opinen los demás me la suda, la mayoría de las veces solo están ahí para joderte. Como dijo Baltasar Gracián allá por el siglo XVII: “Dicen que triste cosa es no tener amigos. Pero más triste es no tener enemigos. Porque quien enemigos no tenga, es señal de que no tiene: ni talento que haga sombra, ni bienes que se le codicien, ni carácter que impresione, ni valor temido, ni honra de la que se murmure, ni ninguna cosa buena que se le envidie” ―guiña un ojo y se ríe―. Yo tengo muchos enemigos.
¿Mi visión del mundo? Es una mierda, pero irá a peor. Los jodidos dioses no están por la labor de arreglarlo. Putos vagos… Mejor ¡pum! Acabar con todo.